Género, Pobreza y Desarrollo Sostenible
Donde quiera que miremos, y especialmente si miramos desde la óptica de la pobreza, vemos que las mujeres son las que todavía soportan las mayores cargas.
Exsecretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon
¿Por qué el género es un concepto importante y prioritario al hablar de pobreza?
Se debe partir clarificando que la pobreza afecta a varones, mujeres, niños y niñas, pero se experimenta de manera distinta según la edad, el grupo étnico, los roles familiares y el sexo.
Las mujeres están sobre representadas en la población que sufre pobreza en el mundo. Según ONU Mujeres, hay más mujeres que hombres viviendo con menos de 2 dólares diarios.
La pobreza de las mujeres proviene de diversos factores como la desigualdad en el acceso a los recursos económicos, las normas discriminatorias hacen que las mujeres se concentren en determinados puestos, en los que trabajan por salarios inferiores a los de los hombres, las legislaciones pueden restringir su capacidad para heredar tierras o pedir préstamos. Muchas mujeres que dependen económicamente de los hombres son más vulnerables frente a la pobreza y están menos preparadas para gestionar riesgos como las recesiones económicas1.
Las mujeres y el Objetivos de Desarrollo Sostenible 1 (ODS1)
« El ODS1 tiene como propósito poner fin a la pobreza en todas sus formas en todo el mundo»
El ODS número uno de los 17 que conforman la Agenda 2030 para el Desarrollo sostenible se aboca a luchar contra la pobreza, y esta lucha tiene que ser con perspectiva de género, tal como ha quedado plasmado en sus metas:
- Para 2030, reducir al menos a la mitad la proporción de hombres, mujeres y niños de todas las edades que viven en la pobreza en todas sus dimensiones con arreglo a las definiciones nacionales.
- Crear marcos normativos sólidos en los planos nacional, regional e internacional, sobre la base de estrategias de desarrollo en favor de los pobres que tengan en cuenta las cuestiones de género, a fin de apoyar la inversión acelerada en medidas para erradicar la pobreza.
El panorama en México:
En México, 52.4 millones de personas viven en situación de pobreza, esto significa el 42% de la población total del país. Si hablamos de pobreza extrema, los datos indican que 9.3 millones de mexicanos y mexicanas viven esta situación2.
Es imprescindible mencionar que las metodologías que son usualmente utilizadas para medir la pobreza no permiten que el género se refleje en las estadísticas oficiales ni en las estrategias de reducción de la pobreza, pues estas se basan en encuestas a nivel hogar, sin analizar la condición especifica de los integrantes del grupo que conforma el hogar.
Sin embargo, al interior de los hogares, se dan múltiples dinámicas que pueden significar desventajas para algunos o algunas de sus integrantes, las metodologías que asumen el hogar como un núcleo homogéneo pasan por alto las grandes diferencias de género y generacionales que existen. En un análisis efectuado sobre pobreza indígena se planteó la pregunta ¿Viven mujeres y hombres la pobreza de la misma manera? Este trabajo se propuso visibilizar el sistema de autoridad que rige al interior de los hogares y comparar la pobreza femenina con la masculina. Los resultados mostraron diferencias de género en todas las necesidades básicas (subsistencia, protección, entendimiento, ocio, participación, libertad, afecto e identidad) así como en las capacidades de mujeres y hombres para satisfacerlas3.
Es importante reconocer que la pobreza afecta a hombres y mujeres de manera diferente. Es necesario identificar los factores de género que inciden en la mayor o menor disposición de las personas a experimentar la pobreza, y en las características diferenciadas que ella puede adquirir al tratarse de hombres o mujeres.
Las aportaciones hechas gracias al análisis de la pobreza desde la perspectiva de género han detonado la revisión de los métodos de medición más convencionales y se exploren nuevos. En México, el CONEVAL ha realizado esfuerzos en este sentido, recientemente se ha publicado el documento Pobreza y Género en México: hacia un sistema de indicadores, el cual expone el comportamiento de la desigualdad de género a través de 30 indicadores que abordan diversas dimensiones como: la composición de los hogares, el acceso a la educación, a la salud, a la seguridad social y a la alimentación; las características de la vivienda, el ingreso, el trabajo remunerado, y el trabajo doméstico no remunerado; analizando la relación entre las inequidades de género y la situación de pobreza de las personas. La fuente de los datos son el Módulo de Condiciones Socioeconómicas de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (MCS-ENIGH), y del Modelo Estadístico para la continuidad del MCS-ENIGH de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares. A continuación algunos de los hallazgos de CONEVAL, 20184:
- Las mujeres dependen más de los ingresos de fuentes indirectas, es decir, de recursos monetarios provenientes de otros hogares o de programas gubernamentales, situación que se agudiza en contextos de pobreza.
- Los hogares con jefaturas femeninas presentan mayor número de integrantes en edades teóricamente no laborales, es decir, población menor de 15 años o de 65 o más, lo que representa una mayor dependencia económica potencial.
- En cuanto a remuneraciones, cifras de 2018 indican que la brecha salarial persiste. En la población en contextos de pobreza, las mujeres obtuvieron 73 pesos por cada 100 pesos respecto de los hombres.
- La inseguridad alimentaria severa se presenta en mayor medida en los hogares jefaturados por mujeres en situación de pobreza, de manera que, 2 de cada 10 de estos hogares la presentan.
Estos indicadores deberán ser complementados con análisis cualitativos que ayuden a comprender y reflejar las dinámicas al interior de los hogares; esto con la finalidad de diseñar políticas y acciones específicas para la situación de mujeres y hombres.
Mensajes clave:
- Factores biológicos, los roles sociales y culturales y la subordinación construida culturalmente son el motivo de que las mujeres enfrenten situaciones desventajosas que agravan e intensifican los numerosos efectos de la pobreza.
- La perspectiva de género contribuye al diseño de políticas que permiten orientar las medidas a las situaciones de pobreza más graves y a los más vulnerables.
- Los dirigentes mundiales se han comprometido a poner fin a la pobreza de aquí al año 2030. Pero sólo será posible materializar esta aspiración si se acaba con la discriminación que mantiene a las mujeres atrapadas en la pobreza.
- Social Watch, 2010. Género y pobreza: un caso de desigualdades entrelazadas.
Bibliografía
1 https://www.unwomen.org/es/news/in-focus/women-and-the-sdgs/sdg-1-no-poverty
2 CONEVAL, 2018. POBREZA EN MÉXICO. Resultados de pobreza en México 2018 a nivel nacional y por entidades federativas Disponible en: https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Paginas/Pobreza-2018.aspx
3 Lahoz, Diana, Verónica Vázquez García y Emma Zapata Martelo. 2011. «¿Viven mujeres y hombres la pobreza de la misma manera? Una mirada al interior de los hogares indígenas de la sierra de Santa Marta, Veracruz». Papeles de población 17 (70): 125-151.
4 https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Paginas/Pobreza-y-genero-en-Mexico-2008-2018.aspx
5 Social Watch, 2010. Género y pobreza: un caso de desigualdades entrelazadas
Autora: Diana Lahoz (diana@sustainluum.com) Coordinadora del Pilar de Equidad de Género
Colaboración: Gabriela Andrade (gabriela@sustainluum.com) Coordinadora del Pilar de Innovación Social