Género y Energía

«La energía no es un fin sino un medio para satisfacer necesidades. Mujeres y hombres tienen usos y necesidades diferentes de energía. En este sentido, la perspectiva de género puede ayudar a identificar los distintos usos, necesidades y limitaciones acerca de los servicios de energía en mujeres y hombres y así encontrar soluciones exitosas»

¿Por qué la energía es un requisito esencial para el logro del crecimiento económico y la reducción de la pobreza?

La calidad y cantidad de energía determina la eficiencia y efectividad de las actividades y el bienestar de las y los usuarios1. En 2016, el 55 % de las personas que vivían en los países menos adelantados no tenían acceso a la electricidad, frente a la media mundial del 13%2.

Los servicios públicos y la infraestructura básica son cruciales para romper el ciclo de la pobreza económica y de tiempo, ya que reducen la carga y aumentan la productividad del trabajo remunerado y no remunerado. Por ende, las inversiones en infraestructura sostenible, por ejemplo, en energía limpia contribuyen a la sostenibilidad ambiental3.

En general, el acceso a medios modernos de energía puede significar menos costos y más oportunidades para todas las personas del mundo, pero especialmente para las y los más pobres y ayudarlos a obtener autonomía económica.

Esto amplía su complejidad cuando se observa que las mujeres están sobre representadas en los estratos más pobres de la población y que son ellas y las niñas quienes emplean más tiempo y esfuerzo en obtener agua y combustibles como la leña, reduciendo incluso sus opciones de inserción educativa. Asimismo, al no contar con energía y tecnología para el procesamiento de alimentos, su tiempo se ve reducido, cabe mencionar que en México las mujeres destinan 50.1 horas semanales al trabajo doméstico no remunerado, mientras que los hombres 17.6; una diferencia de 32.5 horas semanales4. Con un acceso pleno a servicios de energía y compartir responsabilidades en cuanto al trabajo doméstico, mujeres y niñas podrían tener más oportunidades de romper con el ciclo de la pobreza.

Si examinamos el tema desde la óptica de la salud, la carencia de energía puede traer consigo graves afectaciones: las mujeres rurales están expuestas a enfermedades de las vías respiratorias ocasionadas por el uso de energías tradicionales para cocinar (leña-biomasa). La contaminación del aire en el interior de las viviendas debido al uso de este tipo de combustibles provocó 4,3 millones de muertes en 2012; 6 de cada 10 correspondieron a mujeres y niñas5

La carencia de energía impacta de manera distinta a mujeres y hombres; esto está determinado por la división sexual del trabajo derivada de los roles, identidades y estereotipos de género

Mujeres y hombres usan la energía para actividades y necesidades distintas y esto ha sido determinado por los papeles socialmente asignados tanto a hombres como a mujeres. Asimismo, también esta organización social ha definido el acceso a la energía. Esto implica que ellas y ellos podrían necesitar soluciones energéticas diferentes (tecnologías, capacitación y conocimiento, oportunidades de financiamiento) para alcanzar una situación más igualitaria6.

El trabajo doméstico y de cuidados no remunerado contribuye al bienestar humano y fomenta el crecimiento económico, sin embargo, la desproporcionada responsabilidad que asumen las mujeres y niñas por estas labores agrava su vulnerabilidad frente a la pobreza. Las normas sociales discriminatorias y los estereotipos de género sitúan a las mujeres y las niñas en la posición de proveedoras por defecto de estos cuidados, ocasionando que ellas tengan menos posibilidades de acceder al trabajo decente remunerado, de gozar de independencia económica y de acumular activos7. En el caso de la energía, mujeres y niñas son las responsables de buscar leña cuando no se dispone de otras fuentes. Ellas recorren largas distancias en busca de la leña necesaria para cocinar y calentar sus viviendas. Corren el riesgo de ser víctimas de violencia durante el trayecto y se enfrentan a problemas de salud a largo plazo relacionados con los efectos de la contaminación del aire en locales cerrados y de transportar cargas pesadas sobre sus cuerpos8. Asimismo, dado que la responsabilidad de gestionar las necesidades de energía en el hogar se impone de forma desproporcionada a las mujeres y las niñas, también recae desproporcionadamente sobre ellas la responsabilidad de sufragar los gastos, a menudo inasumibles, de electricidad y otros servicios públicos9.

A continuación, un ejemplo de cómo el acceso a servicios de energía puede satisfacer las necesidades de mujeres y niñas:

Energía

Electricidad

Necesidades

prácticas

  • Facilitaría el bombeo de agua para transportarla y llevarla a los molinos.
  • Mejoras en la iluminación
  • Facilita la realización de trabajo doméstico.

Necesidades

productivas

  • Incrementa la posibilidad de desarrollar acciones nocturnas.
  • Provee apoyo para la refrigeración de alimentos propios o para ventas.

Necesidades

estratégicas

  • Hace las calles seguras al estar iluminadas y da la posibilidad de realizar otras actividades en horarios nocturnos.
  • Abre horizontes informáticos, comunicativos y educativos (TV, radio, internet, etc.).
Fuente: Adaptado a partir de información del INMUJERES, 2018



Como puede observarse, las mujeres son usuarias intensivas de la energía, ya sea por el trabajo doméstico o por actividades productivas, sin embargo, esto no ha significado que ellas estén presentes o representadas en espacios de toma de decisiones o bien en el sector energético, el cual es dominado por hombres en un 74%10. En muchos casos, suele tomarse al sector energético como un tema exclusivamente técnico y neutral al género. Es necesario que el sector energético comprenda la necesidad de formar equipos sensibles al género y se apoye proyectos y políticas de energías renovables, electricidad, combustibles alternos, etc., pues muy pocas mujeres están involucradas en el sector energético y aún menos mujeres están formadas en el enfoque de género11.

¿Sabías que existe el concepto de pobreza energética?

Mensajes clave:
  • SustainLuum tiene como objetivo desarrollar esfuerzos para disminuir las brechas de género en el sector, destacando que las mujeres pueden tener un papel en la gestión y la innovación para la eficiencia energética y en la transición hacia modelos sostenibles.
  • Deseamos ampliar la mirada y no solo conceptualizar al suministro de energía como un derecho básico de todas y todos, sino también impulsar proyectos derivados del suministro: promoción de proyectos que empoderen y beneficien económicamente a las mujeres, asignación de créditos, capacitación técnica y con ello lograr romper el ciclo de pobreza.

1 INMUJERES: Energía con enfoque de género. Nota del 26 de septiembre de 2018.

2 ONU. 2019. Estudio Mundial sobre el Papel de la Mujer en el Desarrollo. Informe del Secretario General. La importancia de hacer frente a la pobreza económica y la pobreza de tiempo de las mujeres en favor del desarrollo sostenible. Pág. 73

Ídem,  Pág. 113

ENUT. 2014. Cuenta Satélite del Trabajo No Remunerado de los Hogares de México.

ONU-Mujeres. 2018. Hacer las promesas realidad. La igualdad de género en la Agenda2030 para el Desarrollo Sostenible.

CEPAL. 2020. Mujeres y Energía. (LC/MEX/TS.2020/7), Ciudad de México, 2020. Pág. 44

Op. Cit 2, Pág. 4

Op. Cit 2,  Pág. 41

Op. Cit 2,  Pág. 77

10  Op. Cit. 6, Pág. 12

11  OLADE. Género y Energía. Disponible en: http://biblioteca.olade.org/opac-tmpl/Documentos/old0335.pdf

Autora: Diana Lahoz (diana@sustainluum.com) Coordinadora del Pilar de Equidad de Género

Colaboración: Gabriela Andrade (gabriela@sustainluum.com) Coordinadora del Pilar de Innovación Social